miércoles, 15 de octubre de 2014

HISTORIA: Dos mentiras cristianas que han hecho historia

La religión cristiana es especialista en hacer mártires y victimas a sus gentes, sin tener en cuenta las masacres e inventos retorcidos, por no hablar de la vida ociosa y lujuriosa de los papas medievales, que a lo largo de toda la Historia han llevado ellos acabo.

La degollación de los inocentes.
Según un manuscrito del siglo X.
Una de las grandes inocentadas que se han hecho nunca, fue la que le gastó el evangelista Mateo al pobre rey Herodes hace más de dos mil años, el cual fue acusado de haber matado a los Santos Inocentes.
Está claro que Herodes no era un santo y que no tenía ningún escrúpulo a la hora de deshacerse de sus parientes y enemigos, como había demostrado al hacer estrangular a sus hijos Alejandro y Aristóbulo para que aprendieran a no conjurar contra su padre. Pero de ahí a matar a 14.000 niños había un trecho, pero los cristianos aprovecharon la oportunidad para decir que Herodes y los romanos, enemigos acérrimos de estos,  debido a la contrariedad que para los cristianos era tener un culto politeísta, eran muy brutos.

A parte de la masacre de Herodes todos tenemos en nuestra cabeza la imagen de Nerón tocando su lira mientras entonaba su propio poema sobre la destrucción de Roma mientas la contemplaba arder. Y la descripción que Tácito hizo sobre él como un monstruo enloquecido y ridículo que asesinó a buena parte de su familia, incluida a su propia madre. Tras el incendio Nerón, supuestamente, acusaría a los cristianos de haber provocado la catástrofe.

Imagen de la película Quo vadis?,
en la que se representa a Nerón toando la lira
mientras veía arder Roma. 

Pero no podríamos estar más alejados de la realidad, vale, puede que Nerón no estuviera del todo en sus cabales, para eso era emperador, pero no creo que le gustará ver cómo se quemaba el patio de su casa.

Desde su llegada al trono, demostró escaso aprecio por la aristocracia y los senadores, a los que hizo combatir en un anfiteatro de madera que había hecho construir en el Campo de Marte para los espectáculos de gladiadores, lo que resultaba un poco heavy para las clases privilegiadas.


Nerón que como cualquier emperador estaba interesado en el arte y sólo deseaba sentirse querido por su pueblo, ordenó repartir alimentos y dinero entre la plebe, organizó juegos y espectáculos públicos y creó instituciones culturales y deportivas. Y además, la veneración que le mostraron los romanos contradice la afirmación de que el pueblo le considerara el culpable del incendio de Roma del año 64, ocurrido durante la canícula de julio.
  
Lo cierto del incendio es que, en aquel tiempo, Roma era un conjunto de calles y casas construidas con madera y materiales de mala calidad, asique los que verdaderamente fueron culpados por el incendio fueron los pobres, ya que los pobres siempre tienen la culpa de todo. El fuego destruyó tres de los catorce barrios de la ciudad, además del templo de Júpiter en el Capitolio, varios edificios públicos y lujosas mansiones senatoriales, de modo que afectados, interesados, conspiradores y otros desocupados se dedicaron a difamar al emperador, que pasaba los días y las noches en la “zona cero” romana mientras los demás lo señalaban con el dedo.


Ana Pinel Benayas. 

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