martes, 21 de octubre de 2014

ROMA IV: Los logros de la ingeniería romana. Las calzadas

Los romanos no fueron la primera civilización que construyó carreteras, pero no tienen rival en cuanto a la extensión de su red de calzadas y a la sofisticación de sus técnicas constructivas. Las calzadas romanas no fueron mejoradas hasta la invención del pavimento de macadán en el siglo XIX, y muchas de las rutas que ellos abrieron siguen formando la base de las carreteras que utilizamos hoy en día. Los romanos aprendieron el arte de hacer carreteras de los etruscos y de los griegos. Al principio la mayoría de ellas eran a pequeña escala y en centros urbanos.
La red de calzadas romanas en el Imperio

En el año 312 a.C. se construyó la primera calzada romana importante, que unía Roma con la ciudad de Capua en el sur. Fue llamada Via Appia en honor del censor Apio Claudio, que ordenó su construcción. Al principio sirvió para reforzar el enlace entre Roma y Capua, su aliada en la segunda guerra contra la tribu samnita, pero más tarde la calzada abrió el camino a al hegemonía romana y a su expansión por la Campania.

Tras derrotar a los samnitas, los romanos empezaron a dominar la región estableciendo colonias y forjando alianzas con las ciudades-estado independientes de la Campania. Una vez los romanos hubieron penetrado más al sur, la Via Apia fue ampliada más allá de Capua hasta la cercana Beneventum, donde se fundó una colonia romana en el lugar de un antiguo enclave.
La Via Appia, en Roma

A principios del siglo III a.C. los romanos avanzaron más hacia el sur, amenazando a las ciudades-estado griegas de la costa. La Via Apia demostró ser una ruta esencial para el avituallamiento del ejército romano en las guerras pírricas contra los griegos. Una vez derrotados los griegos en el año 275 a.C., la Via Apia fue ampliada hasta Brundisium, en la costa suroeste. Desde allí se podían realizar travesías por mar hasta Grecia.

Tras la construcción de la Via Apia los romanos siguieron abriendo caminos que cruzaban su creciente Imperio. Básicamente los construían por motivos militares, es decir, para transportar tropas y suministros al frente o a lugares problemáticos en los territorios ocupados por Roma. Como las calzadas se trazaban pensando en las marchas de los soldados, las construían muy anchas y directas.
Con el tiempo esto se fue convirtiendo en una gran red de calzadas que cruzaba todo el Imperio y que unía ciudades tan lejanas como Lugdunum (Lyon), en la Galia, con Cartago, en el norte de África. Incluso Britania, separada del resto del Imperio por el mar, tuvo su sistema de calzadas romanas. Roma era el centro de esta inmensa red de comunicaciones, lo que dio pie a la frase “todos los caminos llevan a Roma”.


David Asensio Caramés

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