Busto de Trajano |
Marco
Ulpio Trajano nació en Italica (actualmente Sevilla), en la provincia romana de
Hispania. Aunque su familia procedía de Italia, se había instalado en la
Península Ibérica muchos años atrás, lo que convertía a Trajano en el primer
emperador nacido fuera de Italia. Su familia tenía una impresionante reputación
militar, lo que complació tanto a la guardia pretoriana como al ejército.
Anteriormente
su padre había sido gobernador de Siria, y Trajano se había distinguido como colaborador
de Domiciano en las guerras Dacias. En el año 91 d.C. Trajano obtuvo su primer
consulado y se las arregló para evitar el reino de terror que Domiciano había
desencadenado en Roma.
Tras
la muerte de Domiciano, Nerva fue proclamado emperador en septiembre del año 96
d.C. y al no tener el apoyo de la guardia pretoriana, rápidamente garantizó un
traspaso de poder libre de problemas, permitiendo que Trajano, que tenía el
apoyo militar gobernara junto a él.
Cuando
Nerva murió a principios del año 98 d.C. Trajano se estaba preparando para otra
guerra contra los dacios y no regresó a Roma inmediatamente para proclamarse
emperador, sino que continuó con los preparativos durante más de un año. Al
regresar, tuvo un gran gesto: entró en la ciudad a pie, una señal de humildad
que le granjeó el apoyo de los ciudadanos romanos de a pie.
Detalle de la Columna de Trajano |
Trajano
tuvo un gran éxito como emperador, y hasta consiguió expandir el Imperio. Entre
los años 101 y 106 d.C. orquestó una campaña contra los dacios, los dacios
fueron derrotados y la Dacia pasó a ser una provincia romana. Al año siguiente
Trajano anexionó la región de Nabatea y creo así una nueva provincia árabe
dentro del Imperio. Tras sus conquistas Trajano volvió al año siguiente a Roma
para dedicarse durante siete años a mejorar la calidad social de las ciudades, con
la construcción de puentes, calzadas y el Foro de Trajano que contó con muchos
comercios nuevos y con la famosa columna homónima de 30 metros de altura para
conmemorar sus victorias en la Dacia,
también construyó un puerto en Ostia para aumentar el suministro de cereales a
Roma.
Tras
siete años de vida civil, Trajano se moría de ganas de volver al ejército. La
oportunidad le llegó en el año 113 d.C. cuando una disputa dinástica en Armenia
le dio el pretexto que necesitaba para invadir Partia, el eterno rival de Roma
en Oriente. Trajano triunfó. Sus tropas vencieron con facilidad a los partos,
rápidamente ocuparon su capital, Ctesifonte, y declararon provincia romana a Mesopotamia. La
anexión de Mesopotamia, supuso el punto de máxima expansión del Imperio, que
iba desde el océano Atlántico hasta el golfo Pérsico.
Trajano
disfrutó del tiempo que pasó en el ejército y se dice, que de haber sido más
joven, hubiera seguido avanzando por Persia, siguiendo los pasos de Alejandro
Magno.
Tras
su muerte en agosto de 117 d.C. le sucedió Adriano, al cual había adoptado
Trajano según se dice, aunque también se comenta que fue su mujer Pompeia
Plotina quien le adoptó en secreto.
Trajano
fue recordado como uno de los mejores emperadores que tuvo Roma, para algunos
más que Augusto, ya que tuvo una gran relación con los senadores y con el
pueblo romano y también porque consiguió el perfecto equilibrio de ofrecer victorias
gloriosas sin que ello afectara negativamente a la vida de los ciudadanos
romanos. Destacar también que fue la única persona junto a Julio César, que fue
enterrada en el Foro romano.
David
Asensio Caramés
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