En el presente artículo nos centraremos en
una de las grandes familias de Inglaterra durante la época moderna y que han
saltado a la gran pantalla. Nos referimos a los Tudor.
Rosa de la casa Tudor |
El origen de los Tudor lo encontramos en la
Guerra de las dos Rosas (1455-1485), denominada así porque los linajes
enfrentados se identificaron con rosas: roja la de la casa Lancaster, y blanca
la de la casa York. La pugna concluyó con la victoria de Enrique de Tudor, de
los Tudor, sobre Ricardo III, de los Lancaster, en la batalla de Bosworth. Una
vez, coronado Enrique VII, contrajo matrimonio con Isabel de York, con el fin
de evitar futuras disputas.
A la muerte de Enrique VII, le sucederá en
el trono su hijo Arturo, quien fallecerá y el trono será tomado por Enrique
VIII.
Dicho rey es, en gran parte, conocido por
sus seis matrimonios, pero hay otros hechos destacables en su vida como la
ruptura con la iglesia católica romana, la unión de Inglaterra con Gales y el
establecimiento del monarca como jefe supremo de la iglesia anglicana. Los
temas eclesiásticos, en parte, van unidos a su matrimonio con Catalina de
Aragón.
Enrique VIII |
Enrique solicitó al papa Clemente VII la
anualidad de su matrimonio, pues su esposa no le había dado hijos varones, y
esto era considerado por el rey como una maldición. Tras esto, se casó en
segundas nupcias con Ana Bolena, aunque también fue un matrimonio polémico,
puesto que esta tampoco le dio el
ansiado varón al rey. Al cabo de once días de la ejecución de Ana Bolena, el
rey, se casó con la católica Jane Seymour, quien finalmente le concedió el hijo
deseado, el príncipe Eduardo, pero la reina falleció en el parto. Más tarde Thomas
Cromwell, convenció al rey para que se casara con Ana de Cleves, pues el
hermano de esta, Guillermo, era uno de los líderes de los protestantes.
Posteriormente Cromwell será ejecutado en el
año 1540, por haber promovido el matrimonio con De Cleves, ya que también fue
un matrimonio complicado.
A partir de entonces el soberano gobernó sin el apoyo de Cromwell, y tomó por esposa a Catalina Howard, pues su tío encabezaba el partido reaccionario, el cual, tenía mucha influencia en la corte.
Menos de un año después, se casó con Catalina Parr, hija de un oficial de la corte. Esta última reina, cuido del rey hasta su muerte e hizo de madrastra de sus hijos.
A la muerte del monarca, será su hijo,
Eduardo VI, quien le suceda en el trono, aunque este tendrá una muerte temprana
el 6 de julio de 1553, con 16 años de edad. Algunos consejeros aconsejaron, en
el lecho de muerte, al rey, que nombrara sucesora a su sobrina nieta Jane Grey,
y aunque fue coronada reina, fue despuesta por María I.
María I, más conocida como la sanguinaria,
intento retornar al país al catolicismo, aboliendo las leyes que habían hecho
Enrique VIII y Eduardo VI. Esto supuso la enemistad de los sectores que habían
secundado el protestantismo o que tenían interese económicos en él. A este
malestar, habría que añadir el descontento popular, al conocer la noticia del
matrimonio de la reina con el todavía príncipe Felipe II, como le había
propuesto el emperador Carlos, pues quería asegurar la restauración católica en
Inglaterra.
El fin de la dinastía Tudor, llegará de la mano de Isabel I, más conocida como la “reina virgen”. Dicho apodo viene porque no tuvo descendencia. Fue hija de Enrique VIII y Ana Bolena, y sufrió diversos percances durante su vida. A pesar de esto, a su mandato se le conoce como la “era isabelina”, pues fue una época prospera y supo encarna el espíritu de su pueblo en un momento decisivo.
Aunque la época de esta dinastía estuvo
cargada de múltiples enredos, bajo su mando se dio el denominado “renacimiento inglés”,
donde las universidades contribuyeron a la introducción del humanismo en Inglaterra,
con personalidades como Tomás Moro.
Manuel Carreira Hernández
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:
-TOWNSON, D., Breve historia de Inglaterra, Alianza, 2004.
-Los Tudor en
el trono. Revista Clio. 2009.
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