jueves, 31 de julio de 2014

TEMÍSTOCLES: El otro gran héroe de las Guerras Médicas

Representación de Temístocles
Todo el mundo conoce el acontecimiento histórico de las Guerras Médicas que se desarrolla desde el 499 hasta el 449 a. C y se dividen en dos partes Primera Guerra Médica que recoge la batalla de Maratón (490 a. C) y la Segunda Guerra Médica que recoge las batallas de Salamina (480 a. C), Termopilas (480 a. C) y Platea (479 a. C). Seguramente el primer personaje de este acontecimiento histórico que se nos viene a la cabeza es Leónidas, con la batalla de las Termopilas, considerado por muchos como una de las batallas que evito que los persas de Jerjes I conquistaran Grecia y siguieran hacia el oeste para conquistar toda Europa, pero realmente la batalla que evito que las hordas de Jerjes I conquistaran Grecia fue la de Salamina y la de Platea pero más importante fue la de Salamina en la que los griegos con todo en contra asestaron un duro golpe al ejercito de Jerjes I del que no se recuperaría jamás. En este acontecimiento entra Temístocles. Nació en el 524 a. C fue político y general ateniense, tenía el favor de las clases inferiores mientras que generalmente se enfrentaba a la nobleza. Tras ser elegido arconte en el año 493 a. C tomo una serie de medidas para acrecentar el poder naval de Atenas. Pero su aparición militar surge con la batalla de Maratón, en el que el ejército persa bajo las órdenes del rey Darío I (padre de Jerjes I) embarcó en la costa de Maratón para atacar a la indefensa Atenas. Pero los atenienses eran conscientes de estos movimientos y lo aprovecharon para lanzarse sobre los persas consiguiendo una gran victoria y forzando a que el ejército de Darío regresara a Asia, pero el rey Darío clamaba venganza contra los griegos y durante años preparo una gran invasión contra Grecia, pero no pudo terminarla ya que murió, pero su hijo Jerjes I le sucedió en el trono y reunió uno de los mayores ejércitos conocidos en la historia para invadir Grecia.

El general de las tropas atenienses era Milicíades y bajo sus órdenes estaban Temístocles y Arístides (enfrentados políticamente). Durante diez años Temístocles fue ganando prestigio dentro de la política ateniense llegándose a aplicar las medidas que él sugería (entre ellas destacaba la de aumentar el poder naval ateniense ya que sabía que los persas no tardarían en volver a intentar invadir Grecia) y por otro lado Arístides fue condenado al ostracismo. En el 481 a. C tuvo curso un congreso de ciudades estado griegas, durante las cuales aproximadamente treinta estados acordaron aliarse frente a la inminente invasión persa. Los espartanos y los atenienses se pusieron a la cabeza de la alianza; los espartanos reclamaron el mando de las fuerzas terrestres, y dado que el grueso de la flota griega sería proporcionado por Atenas, Temístocles intentaría asumir el mando de las fuerzas navales.

Y tras estos acontecimientos llegamos al punto álgido de la Segunda Guerra Médica, la batalla de Salamina. Tras la derrota de Leónidas en las Termopilas ante los persas, Temístocles que comandaba las fuerzas navales en la batalla de Artemisio, la cual duro tres días en los que tanto las fuerzas navales persas como griegas sufrieron similares bajas, pero al ser la armada griega más minoritaria que la persa, no podía permitirse esas pérdidas por lo que tras recibir el mensaje de que las fuerzas griegas habían caído en la Termopilas, Temístocles se retiro con la armada a la isla de Salamina, dejando a su suerte Atenas la cual fue saqueada por el ejercito persa al no encontrar ningún obstáculo. Mientras el ejército terrestre persa saqueaba Atenas, la flota persa se dirigía a la isla de Salamina para acabar con las fuerzas griegas restantes. Temístocles aun sabiendo que estaban en desventaja mantuvo sus filas en los estrechos de Salamina para librar una batalla que permitiera bloquear a la flota persa, garantizando así la seguridad del Peloponeso.

Para ello Temístocles elaboró un ingenioso plan, que no solo evidenció su singular inteligencia para la estrategia militar, sino sobre todo sus dotes psicológicas para conocer el carácter del enemigo y por tanto sus puntos débiles, desde los que adivinar sus planes y poder así asestarle un duro golpe. Para ello envío un emisario a Jerjes, un sirviente llamado Sicino, con un mensaje que proclamaba que Temístocles se encontraba del lado de Jerjes, y le hizo creer que los jefes griegos se encontraban divididos entre sí y que los peloponesios planeaban evacuar Salamina, y que para conseguir la victoria todo lo que los persas debían hacer era bloquear los estrechos. Finalmente Jerjes mordió el anzuelo, y la flota persa fue enviada a efectuar el bloqueo, pecando de excesiva autoconfianza y sin esperar resistencia por parte de la armada griega. La armada persa penetró en los estrechos, para encontrarse con que, lejos de desintegrarse, la marina griega se hallaba dispuesta para la batalla. La angostura del estrecho dificultó la maniobrabilidad de la numerosa flota persa, de lo que se aprovecharon los griegos, con una flota inferior, para conseguir una gran victoria. 

Salamina representó un punto de inflexión en las Guerras Médicas, ya que aun no acabando con la invasión persa, se aseguro de que Grecia no sería conquistada y permitió a los griegos pasar a la ofensiva al año siguiente, en el 479 a. C, en la batalla de Platea. Un gran número de historiadores califican Salamina como una de las batallas más importantes de la historia de la humanidad.

David Asensio Caramés

domingo, 27 de julio de 2014

ASESINOS EN LA HISTORIA I: Elizabeth Báthory, la Condesa Sangrienta

Abrimos esta nueva sección de asesinos históricos con la que fue la mayor asesina en serie de Hungría, la condesa Elizabeth Báthory conocida como la Condesa Sangrienta. Firme creyente en el poder rejuvenecedor de la sangre como elixir de vida.


Elizabeth Báthory, conocida como la Condesa Sangrienta
Elizabeth Báthory nació en Nyírbátor, Hungría en 1560, probablemente el 7 de agosto. Sus padres fueron György Báthory de Ecsed y Anna Bárthory. Algunas leyendas afirman que varios de sus familiares practicaban la magia negra y la brujería. Tal sería el caso de su prima Anna, que además habría matado a su propio hijo. Se dice también que un tío suyo era alquimista y satanista declarado. De su hermano se afirmaba que era un libertino a cuyo lado ninguna mujer, ni niña, estaba a salvo. Su propia hermana, Clara, además de cometer diversas aberraciones sexuales, habría asesinado a su marido.

Los matrimonios consanguíneos eran frecuentes entre los Bárthory y otras familias húngaras. Los miembros de la familia se casaban con familiares cercanos para mantener intactas las posesiones de la misma o acrecentarlas lo que traía consigo degeneraciones genéticas que se manifestaban en muchos miembros de la familia, algunos de los cuales tenían fama de pervertidos o de tener gustos un tanto anómalos. Así podríamos achacar estas deficiencias genéticas a los ataques que Elizabeth comenzó a sufrir entre los cuatro y cinco años y que cesaron por sí mismos poco tiempo después, algunos investigadores apuntan a que esta pudiera haber sufrido epilepsia. Otros ven en los trastornos, el síntoma de alguna enfermedad neurológica que la llevaría a su posterior comportamiento psicótico.

Elizabeth pasó su niñez en el castillo de los Ecsed, donde recibió una gran educación que la llevaría más adelante a hablar y leer perfectamente latín, alemán y francés. Convivía con una niñera, Ilona Jo, que más adelante se convertiría en su cómplice y la cual decía ser practicante de magia negra, sacrificando niños para extraer su sangre y huesos. Probablemente esta niñera fue la que incitó a Elizabeth a adentrarse en el uso de crueles torturas para disciplinar al servicio. Además mostraba algunos gustos que muchos de su época tildaban de masculinos, como la caza, la cual no abandonó hasta sus últimos días, y vestirse como un hombre. Lo que, juntado con el comportamiento sádico que tenía con sus sirvientas, hace suponer que la Bárthory tenía inclinaciones lésbicas.

A los once años se concertó su matrimonio con el conde Ferencz Nádasdy de Nádasd y Fogarasföld. Cuando cumplió los doce la enviaron al castillo de su futuro marido para que se adaptara a su nueva familia política y se preparara para su temprana boda. Cuando solo tenía trece años, y no llevaba ni dos en la casa de su suegra, quedó embarazada de uno de los criados. El cual fue castrado y echado a los perros, la niña que nacería de esa unión casi adúltera, fue sacada inmediatamente del país. Pero aquel desliz pronto quedó olvidado, ya que la familia de Ferencz le interesaba entroncar con la poderosa y rica estirpe de los Bárthory.

En 1575 se produjo la boda, tras la cual se irían a vivir al castillo de Cachtice o Csejte. Es posible que las largas ausencias de su marido y un tremendo y secular aburrimiento propiciaran la búsqueda de emociones fuertes en Elizabeth, dando rienda suelta a sus sádicas fantasías. Además las inclinaciones lésbicas se fueron acentuando, obligaba a sus doncellas trabajar desnudas y se dice que habría mantenido relaciones con dos de ellas.
Esta comprobado que la condesa sufría delirios sádicos sexuales que la inducían a estados de histeria, de los que era plenamente consciente.
Uno de ellos sucedió cuando una de sus doncellas la pinchó con un alfiler cuando estaba cosiendo sus enaguas, la condesa quedó en un estado de trance y obligó a la doncella que lamiera su sangre. Según los presentes, la condesa aún con cara de ausente, parecía embelesada de placer y deleite.
Tras esto la condesa comenzó a sorprender a sus criadas, a las que pinchaba y hacía cortes con el objeto de beber la sangre de las heridas. Se dice que también introducía agujas bajo las uñas de las sirvientas o que hacía depositar en sus manos llaves y monedas al rojo vivo. Otra de las torturas que usaba con las criadas fue la de dejarlas a la intemperie durante días sobre la nieve, tras lo cual arrojaba sobre ellas agua helado con el objeto de verlas morir por congelación, este tipo de tortura fue propuesto por una de sus cómplices Dorka. En alguna ocasión llego a prender fuego en el vello púbico de sus criadas; o a coser la boca de alguna sirvienta deslenguada y charlatana.
Desarrolló un morboso gusto por morder, con lo que se ganaría el apodo de “la Tigresa de Cachtice”.

Y así la condesa comenzó a preocuparse cada vez más por su imagen, buscando los primeros indicios de envejecimiento. Lo que más adelante desencadenaría los asesinatos en masa de jóvenes doncellas.

Como la mayoría de los nobles de su época, que en muchas ocasiones actuaron como mecenas de brujos, astrólogos y alquimistas. Ella también se rodeó de su propia corte de brujas. Una de ellas fue Darvulia, una hechicera famosa del país apodada como “la Bruja del Bosque”, quien la indicó el oscuro ritual de magia roja para evitar el envejecimiento: bañarse en sangre fresca de doncellas sanas. Más adelante esta bruja fue sustituida por Ezra Majórova, conocida como “la Bruja de Miawa”.

Llegó el momento en que la condesa enviudó. No se sabe a ciencia cierta si en 1602 o 1604. Y tras la muerte de su marido se produjo un descubrimiento que dio rienda suelta a la sádica locura de Elizabeth y la hizo auto convencerse del, supuesto efecto rejuvenecedor de la sangre.

Una de sus doncellas tiró de su pelo mientras la peinaba, acto que enfadó tanto a la condesa que golpeó con tal fuerza a la criada que la hizo sangrar por la nariz, y una gota de sangre cayó sobre la mano de la condesa, que vio como rejuvenecía y se blanqueaba. Aunque seguramente la aristócrata solo vio lo que quería ver, este incidente llevó a la Bárthory a ir más allá de la tortura comedida que había estado practicando con sus doncellas, para dar rienda suelta a una furiosa locura que terminó con 600 jóvenes asesinadas.

Tras esto se produjo la muerte de Ferencz, que fue sustituida ya por la inseparable amiga de Elizabeth, la bruja Darvulia. Sus pócimas rejuvenecedoras dejaron de hacer efecto en la condesa, por lo que se optó por usar unos medios más expeditivos. El diario en el que la condesa apuntaba los nombres de sus victimas ascendía a más de 600 doncellas. Algunas fueron reclutadas en los pueblos vecinos con la excusa de que entrarían a servir en la casa de la condesa. Otras eran raptadas por sus colaboradores (Ilona Jó, Dorottya Sientes conocida también como Dorka, Katalin Benick y János Újváry). Ellos preparaban las torturas en las que orejas, pezones, labios o vulva eran objeto de cortes y amputaciones que a menudo provocaban el desmayo de las muchachas, que para devolverlas a la consciencia les eran introducidos hierros candentes por la vagina o por el ano.

Al parecer, la primera víctima de la condesa fue la pobre doncella que la tiró del pelo. Elizabeth habría mandado a sus colaboradores sujetarla, y tras cortarla el cuello y llenar varios cubos con su sangre se habría bañado o embadurnado con ellos.
En el momento que la Bárthory decidió llevar a cabo sus sangrientos baños, mandó construir a un herrero una “dama de hierro”, en el que serían arrojadas las jóvenes victimas y que pendería de una bañera, que también mandó construir la aristócrata para sus propósitos. Así mientras la joven se desangraba la condesa podría disfrutar de su fresca sangre.

Las desapariciones de tantas jóvenes comenzaron a ser sospechosas y las acusaciones de brujería hacia Elizabeth llegaron a oídos de un párroco protestante local, Istán Magyari, que denunció las extrañas y numerosas muertes a la curia clerical de Viena.

La piel de esta sádica condesa continuaba envejeciendo, y en su delirante búsqueda de la inmortal juventud, Elizabeth pensó que necesitaba sangre de jóvenes doncellas de alta cuna. Algo que fue desaconsejado por la bruja Darvulia, pero que Majaróva incitó. Y así, tras el reclutamiento de jóvenes de familias de los zémans y de la baja nobleza con la excusa de ser instruidas por ella, a las acusaciones del pastor se le sumaron las de los padres de las niñas que pedían explicaciones sobre la desaparición de sus hijas.

Todo llegó a oídos del rey de Hungría Matías II, que ordenó al palatino Juraj Thurzó que investigara la veracidad de tales rumores. Thurzó primo de Elizabeth decidió que, solo si se encontraban indicios suficientes la condesa debería permanecer en arresto domiciliario, evitándose castigos mayores. Ya que si a esta le era aplicada la pena capital, todas las tierras de la condesa quedarían confiscadas, pasando a manos del rey.

Y el 29 de septiembre de 1610 Thurzó acompañado de soldados, notarios y el párroco protestante, se dirigieron al castillo de la condesa. En apariencia todo estaba tranquilo, la puerta del castillo estaba entreabierta pero nada se oía. Cuando penetraron encontraron a una doncella moribunda en el cepo, la habían roto todos los huesos de las caderas, acción habitual llevada a cabo con los sirvientes díscolos, la cual también presentaba quemaduras en las manos y mordiscos en los pechos. Pero se sucedieron más “encuentros”, huesos, cadáveres a los que faltaba o algún ojo o miembro. Encontraron a una chica desangrada y a otra viva pero llena de heridas y perforaciones. En las mazmorras encontraron una docena de doncellas todavía vivas, pero llenas de cortes, llegaron a sacar hasta cincuenta cuerpos. Las paredes mostraban oscuras manchas y había un cuerpo a medio quemar en una chimenea.


La condesa fue arrestada y los colaboradores fueron llevados a confesar bajo tortura. La asistenta y las sirvientas confesaron que entre 600 o 700 doncellas fueron sacrificadas para los rituales sangrientos de Elizabeth. Todos sus colaboradores fueron quemados vivos, menos Benická, que contaba solo con catorce años y fue castigada con cien latigazos y Fickó que primero fue decapitado y luego quemado.

Y así Elizabeth fue condenada a morir emparedada viva, en cuya prisión consiguió sobrevivir durante años, rodeada de sus excrementos y su locura. Cuando contaba con cincuenta y cuatro años, la Condesa Sangrienta murió, dejando como único testamento una carta con un hechizo que rezaba así: “Envía noventa y nuevo gatos. Así te ordeno a ti que eres el comandante supremo de la orden noventa y nueve de los gatos… te conmino a que vengas rápidamente para morder el corazón del rey Matías… y a que guardes a Elizabeth de todo mal”.


Ana Pinel Benayas

sábado, 26 de julio de 2014

COLABORACIÓN: Nefertiti, una hermosa reina para la eternidad

Busto de Nefertiti
Cuenta la leyenda que Egipto no había visto una belleza semejante. Su nombre significa ``La bella ha llegado´´, título que adoptó cuando se convirtió en reina. Su rostro fue escogido para adornar templos y edificios en todo Egipto. Pero la bella reina y amada del faraón desapareció, se esfumó de la historia desapareciendo en la arena del desierto.
Nefertiti fue la Gran Esposa Real y mano derecha del faraón Amenhotep IV, conocido con el nombre de Akhenatón, nombre que tomó en honor del dios solar Atón. Se convirtió en su favorita y amada esposa. También engendró a las seis hijas de Akhenatón. Pero Nefertiti esconde un gran misterio.

Sabemos de su belleza gracias a obras de arte armeniense como bustos, estelas, jeroglíficos y relieves creados por orden del faraón, que puso un gran interés en destacar el papel de su amada esposa en la nueva ciudad de Ajetatón, ``El horizonte de Atón´´.
Nefertiti, sin poseer sangre real, fue escogida como reina entre lo más selecto de la sociedad egipcia, pues era hija de Ay que poseía un cargo en la corte del faraón. Creció y paso su infancia junto a otras niñas en el palacio donde se encontraba el aren del padre de Akhenatón, y probablemente la madre de éste desempeñara un papel fundamental en la elección de Nefertiti como la esposa de su hijo.

Akhenaton
Pero para comprender la situación en la que se vio rodeada Nefertiti, primero tenemos que hablar de su esposo Amenhotep IV, conocido como el faraón hereje. Amenhotep IV, hijo de Amenhotep III y la reina madre Tiy, participo de forma activa en el gobierno de su padre y al inicio de su reinado comenzó con las políticas llevadas a cabo por éste, que derivaron en la construcción de nuevos edificios y la conversión de su esposa en elemento clave para su gobierno. Pero no tardo en cambiar de visión y abandonar su nombre Amenhotep, ``Amón está satisfecho´´, y cambiarlo por Akhenatón, ``Espíritu de Atón´´. Este cambio drástico de divinidad fue acompañado por una decisión de igual radicalidad, pero coherente con dicho cambio, pues decidió abandonar la capital en Tebas y construir una nueva ciudad en medio del desierto, un territorio hoy conocido como Tell el-Amarna, ciudad que recibió el nombre de Ajetatón.
Akhenatón llevo a cabo una serie de medidas que tenían como fin desembocar en una religión monoteísta con culto único a Atón, el dios solar. En este cambio poseía el gran apoyo de su esposa Nefertiti, que le ayudo a llevarlo a cabo, ya que ambos se convirtieron en los sumos sacerdotes de Atón y juraron arrebatar el gran poder que ostentaban los sacerdotes de Amón.
Esta revolución armeniense causo una gran conmoción en el pueblo del antiguo Egipto, pues hasta ahora poseían una religión politeísta en la cual se encontraban una gran cantidad de dioses.
Para llevar a cabo sus planes los reyes saquearon los templos de Karnak dedicados al dios Amón, otra muestra para arrebatar el poder que sus sacerdotes habían adquirido, un poder hasta ahora igualable al del faraón.
En todo este contexto Nefertiti reunió una serie de títulos que reflejaban su excepcional belleza, y junto a ella las imágenes de la familia real que mostraban la intensa vida familiar del faraón Akhenatón y Nefertiti, en las que reflejaban su cariño hacia sus hijas. Algunos egiptólogos piensan que esto pudo ser una maniobra propagandista debido al caos en el que se había sumergido Egipto.

Nefertiti fue adquiriendo un gran poder y participaba activamente en la vida política de Egipto. Sin embargo, su relevancia política no supuso el olvido de su papel femenino junto a la figura del monarca. Pero el gran poder adquirido por la reina no fue bien visto por todos los sectores del antiguo Egipto, ya que los reyes eran representados como iguales. Incluso Nefertiti fue representada en una escena golpeando a un enemigo, una tarea exclusiva del rey.

Egipto se hallaba dividido entre el sentir popular de las creencias tradicionales y la nueva religión impuesta por el faraón y representada por los soberanos, además de ser acatada por altos funcionarios de la corte. Nos encontramos ante una época de caos y miedo para el pueblo, en el que Nefertiti se asentó definitivamente como un miembro activo del gobierno y la religión del reino.
Además Nefertiti debía hacer frente a una crisis personal, pues había alguien que podía poner en peligro su situación en la casa real. Kia, una de las esposas menores del faraón, le dio a éste el hijo que tanto ansiaba, el que hoy sabemos que fue el niño rey Tuktankamón, y se convirtió en la nueva favorita del faraón. Pero esta situación parece ser que no duro mucho pues Kia desaparece pronto de la historia, muchos creen que fue por los celos de Nefertiti.
Nefertiti no tardo en ir un paso más allá y adquirir aún más poder, pues llego a ser la corregente de Akhenatón. Pero la felicidad no duró mucho tiempo pues llegó una gran catástrofe: La Peste. No se sabe con certeza de que enfermedad se trataba, pero la peste pudo llevarse a una de las hijas de Akhenatón y Nefertiti, además de a muchos sus súbditos.

Nefertiti permaneció en este estatus hasta que en un momento dado desapareció de forma imprevista y de gran sorpresa. Algunos egiptólogos creen que pudo morir por la peste. Otros creen que pudo ser desterrada y despojada de su poder por un rival masculino, Esmenjkare. Aun así hay teorías que exponen que en los últimos años del reinado de Akhenatón, Nefertiti pudo modificar su nombre a Neferneferuatón Nefertiti, más tarde al de Anjeperure Neferneferuatón, cambios que pudieron ser debidos a necesidades políticas. Nefertiti parece no haber desaparecido del todo sino que en realidad se convirtió en corregente situándose, ahora sí, al mismo nivel que su marido.
    Relieve Akhenatón y Nefertiti jugando con sus hijas
Unos años después, cuando se produjo el fallecimiento de Akhenatón, la reina alcanzó el cenit de su poder, pues todo apuna a que pudo sentarse en solitario en el trono de las Dos Tierras (alto y bajo Egipto), pues era lo que la correspondía como corregente. Para poder llevar a cabo este cambio, Nefertiti cambio de nuevo su nombre y paso a llamarse Anjeperure Esmenjkare.
Pero la desaparición del soberano de Egipto no hizo más que enturbiar la situación. Ante estos hechos, Nefertiti se vio obligada a tomar una serie de medidas para mantener el poder, pero estas implicaron algo inimaginable pues significaron la humillación del país.

En unas de las Cartas de Amarna, una reina anónima, poco seguro que fuera Nefertiti, informa al soberano hitita de que ha quedado viuda y no quiere convertir a uno de sus súbditos en rey, y por ello le pide que le envié a uno de sus numerosos hijos para que fuese su consorte. El rey hitita Suppiluliuma decidió enviar un emisario para averiguar si se trataba de una trampa de la soberana egipcia. Al regreso de éste y descartada esta opción junto a una nueva carta enviada por la reina en la cual reprochaba ser considerada como una mentirosa y le reiteraba su petición, el rey hitita decidió, contento con la idea, mandar a uno de sus hijos para que fuese soberano de Egipto. Pero una facción contraria de la corte egipcia, enterada de los planes de dicha reina, mandó un destacamento a interceptar al príncipe hitita del que no se supo nada más.
Se desencadeno una larga guerra entre hititas y egipcios, y Esmenjkare desapareció bruscamente de todas las fuentes, interrumpidas por la sucesión de Tuktankhatón, que cambió su nombre a Tuktankamón.
Poco más se sabe de Nefertiti. Simplemente desapareció en el desierto generando tras de sí numerosas teorías. Tampoco conocemos que fue de su lugar de reposo, ni se sabe a ciencia exacta que ha sido de su momia.
No hace muchos años la egiptóloga británica Joann Fletcher anunció, tras una de sus investigaciones que una de las momias halladas en la tumba KV-35 del Valle de los Reyes era la de Nefertiti, pero las pruebas parecen indicar que la momia pertenecía a una mujer más joven, debido a que sus muelas del juicio aún no había y a que la pelvis de dicha momia no había pasado por seis paros como si lo hizo Nefertiti. Por lo que el egiptólogo, exsecretario general del Consejo Supremo de Antigüedades Egipcias y actual ministro de antigüedades egipcias, Zahi Hawass, descartó la teoría de Fletcher y negó por poseer pruebas no válidas que esta fuera la momia de Nefertiti.
Yo más conforme con la inexactitud de las pruebas aportadas por Joann Fletcher, me quedo con la negación de que esa momia sea Nefertiti, y debido a las investigaciones de Zahi Hawass, opino que todavía queda mucho misterio por resolver en torno a la figura de Nefertiti.

Lucía Moreno Ojeda

miércoles, 23 de julio de 2014

ROMA I: Un gran quebradero de cabeza

Todo el mundo conoce el calendario actual de doce meses, pero ¿qué era de él antiguamente, en época romana?

Originalmente el año comenzaba en el mes de Mars (marzo), tiempo propicio para el inicio de las campañas y finalizaba en el mes December (décimo), pasando por Mauis, Iunius, Nouember, etc.

Pero diréis, ¿y qué pasa con Enero y Febrero? Esos dos meses fueron incluidos en las reformas de Numa Pompilio (siglo VI a.C.), que además atribuyó 31 días a marzo, mayo, julio y octubre, dejando a los demás meses con 29, a excepción de Febrero que quedaría con 28.
La muerte del César el idus 15 de Marzo
Vincenzo Camuccini
Todo sumaría 355 días y mis queridos matemáticos me dirán que quedan 10 días del año lunar. Pues sí, y fue Julio César el que encargó la confección de un nuevo calendario, en el que se añadieron diez días y un día más cada cuatro años.

¿Mucho lío? Pues espera que no hemos terminado, todavía queda lo mejor.

La división de los días se hacía en función del fas, es decir, una especie de derecho divino a través del cual los dioses daban su conformidad a las acciones humanas. Por lo que había días fasti (propicios para todas las actividades humanas) y nefasti (donde toda la actividad humana debía suspenderse).

Además, los romanos utilizaron la noción del mes lunar observando las múltiples transformaciones de la luna en un período de treinta días.
El primer día del mes, cuando aparecía la luna nueva, se denominada calendas. El momento central del mes, cuando se aproximaba la luna llena se denominaba idus y estaba consagrado a Júpiter. Y las nonae que eran el día noveno antes de los idus, contando hacia atrás y estaban consagradas a Juno.

Por último, como una pequeña curiosidad, el historiador Will Durant propuso que las fechas divisorias (calendas, idus, nonas) tocaban generalmente en los días impares ya que era bastante sabido que los días de número par traían consigo mala suerte. ¿Qué crees tú?

Daniel Velasco García

domingo, 20 de julio de 2014

EN MANOS DE LO DESCONOCIDO III: El Sudario de Turín

El Santo Sudario de Turín o también denominado la Síndone, es la reliquia más preciada de la cristiandad, pues en ella se encontraría grabado el rostro de Jesucristo. Actualmente se puede venerar en la Catedral de Turín (Italia).
Catedral de Turín

Su origen sigue siendo un misterio a día de hoy. Muchos autores afirman que es el manto que se puso encima del cuerpo de Cristo tras su muerte, en cambio, otros aseguran que dicho objeto apareció en Francia en el año 1353, en manos de un caballero descendiente de los cruzados, el cual no reveló su procedencia. También podríamos estar ante una copia pintada, lo cual fue denunciado por el papa Pierre D´Arci en el año 1389.

El Sudario de Turín 
En 1988, la Santa Sede permitió a tres centros de investigación realizar exámenes de radiocarbono (carbono 14) sobre un trozo de la esquina del sudario. Dichos centros fueron la Universidad de Oxford, la Universidad de Arizona y el Instituto Federal de Tecnología de Suiza, los cuales coinciden en el resultado, datando la pieza entre los siglos XIII y XIV. La técnica del carbono 14, puede datar materiales de hasta 2000 años de antigüedad, lo cual no quiere decir que esté exenta de errores, pues está orientada a objetos recién desenterrados, lo que no ocurre con la Síndome.

La Sábana Santa es un manto de lino de 4,37 metros de largo por 1,10 de ancho, aproximadamente. La tela tendría algunos agujeros, así como quemaduras, pues se produjo un incendio en 1532 que casi destruye el Sudario.
Según los expertos, la posible figura de la Sábana Santa fue maltratada, torturada y azotada. También se puede observar, lo que vendrían a ser, rasgos de la crucifixión, pues tiene una herida que atraviesa una de las muñecas. La herida de la otra muñeca, no se vería, pues una muñeca esta encima de la otra. Lo mismo ocurriría con los pies, es decir, estarían superpuestos. Además, se observa a lo largo del cuerpo señales de lo que vendrían a ser azotes de un látigo, aproximadamente ciento veinte señales. En la parte dorsal se observan manchas de sangre que podrían deberse a la corona de espinas que llevo puesta Jesucristo.

En cuanto a la imagen del Sudario, es difícil de ver, en parte porque es muy tenue, pero también porque carece de líneas definidas.

Pero el manto presentaba un gran detalle. La piel del hombre del sudario es oscura, mientras que las extremidades son claras.
Negativo del Sudario
Este hecho, podría asemejarse al negativo de una fotografía. Dicho detalle fue descubierto, de manera casual,  por un fotógrafo italiano llamado Secondo Pia.
Dicho fotógrafo, en el año 1898, pidió permiso a las autoridades correspondientes para poder fotografiar el Sudario.
Posteriormente al revelarse el negativo, la imagen era más clara y vio la imagen de un hombre, asegurando que era el rostro de Cristo e iniciando la devoción a la Síndome.
Ante este hecho, tanto creyentes como científicos se quedaron estupefactos.

Los partidarios de la formación milagrera de la imagen del Sudario de Turín, argumentan que el hecho de la propia resurrección habría podido trastocar la proporción de la prueba del carbono 14. En contraposición a esta postura, los partidarios del uso de ciencia, afirman que si se tiene que recurrir a una explicación milagrera para explicar cualquier posible anomalía, no tiene sentido recurrir a la ciencia, pues solo sería cuestión de fe.

Aparte del Sudario, también encontramos otro objeto. Nos referimos a lo que se ha denominado como el Pañolón de Oviedo. Se ubica en la Catedral de Oviedo desde el año 1113. En esta ocasión tenemos un paño de lino de forma rectangular, el cual habría cubierto la cabeza de Jesucristo. Contiene manchas de sangre, pero en esta ocasión carecería de rostro. También se encontraron granos de polen, los cuales han sido analizados por la Universidad Hebrea, la cual determina que provendrían del entorno de Jerusalén en los meses de marzo o abril.
El Instituto de Toxicología de España ha analizado dicha prenda, a partir de las muestras de sangre. En las muestras se observa ADN mitocondrial, una parte del ADN que se hereda de la madre. Es decir, estaríamos también ante el ADN de la Virgen María. Pero esta prueba no estaría verificada, pues se les atribuye falta de rigor en el estudio y en el método, así como circunstancias fortuitas.


A pesar de todo esto, creo que todos nos hacemos la misma pregunta ¿se encuentra en ella el rostro de Cristo? Una pregunta que a la humanidad aún le queda grande.

Manuel Carreira Hernández

sábado, 19 de julio de 2014

COLABORACIÓN: ¡AL ABORDAJE!, una gran andanada contra los tópicos de la piratería

Con la llegada de la saga Piratas del Caribe a las grandes pantallas, las figuras de estos buscadores de fortuna dieron un nuevo giro de tuerca; introduciéndonos en historias de barcos fantasmas, maldiciones y tesoros ocultos en los confines del mundo. Mencionar al capitán Jack Sparrow es crear el arquetipo pirata en el inconsciente colectivo, pero ¿Qué hay de veracidad histórica en la figura del célebre pirata? La historia de los piratas está llena de tópicos y mitos que iremos desmenuzando a lo largo de este breve artículo para dar respuesta a una simple pregunta: ¿Quiénes fueron los auténticos piratas del Caribe? Por ello y sin más dilación, que todos aquellos capaces de empuñar una espada –y leer este artículo– me sigan a bordo.

Pero, ¿A bordo de qué? Seguramente os estaréis preguntando. E instintivamente os habrá venido a la mente la imponente imagen del gran galeón. Pero me temo, pequeños grumetes, que los galeones forman parte de ese extenso conjunto de mitos piratas. Ellos preferían embarcaciones rápidas y ligeras con las que poder atacar de forma rápida, saquear todo lo posible y escapar de la forma más rauda. Por ello usaban balandros, bergantines, bricbarcas o fragatas ligeras con las que poder escapar de forma fácil.
Bergantín britanico persiguiendo a un bergantín contrabandista
Montague Dawson

Generalmente la tripulación de estas embarcaciones piratas la formaba un grupo de marineros que se hacían a la mar durante un periodo de tiempo determinado con el objetivo de hacer fortuna mediante los saqueos. Entre ellos se encontraba el capitán, democráticamente elegido por el resto de hombres y sus oficiales. La embarcación funcionaba como si de un microestado se tratase, donde cada uno de estos hombres tenía una función concreta y un objetivo común; repartirse el botín conseguido mediante el pillaje. Sin embargo, aquellos capitanes con extraordinarias dotes de mando y habilidad para su oficio eran los más apreciados y los que a su vez consiguieron hacerse un renombre en la historia de la piratería.

“Con diez cañones por banda…” Reza el poema de Espronceda y no yerra tanto el poeta romántico, pues el origen de los piratas del Caribe se encuentra en una guerra. La Guerra de Sucesión Española que a comienzos del siglo XVIII enfrentó a varias potencias europeas y a sus colonias de ultramar. Muerto Carlos II sin heredero, estalló el conflicto sucesorio entre borbones y austracistas hasta llevar la guerra incluso a territorios americanos. Debido a esta situación el número de corsarios durante la guerra aumentó drásticamente, corsarios que gracias a las patentes de corso proporcionadas por las naciones europeas, saqueaban los barcos y asaltaban las posesiones de los enemigos y rivales en la guerra. Durante casi más de 12 años, los conflictos se suceden y con ellos las acciones de corsarios y saqueadores que verán prolongada su beneficiosa situación hasta 1713, cuando la firma del tratado de Utrecht de fin a todos los conflictos.

Como consecuencia directa de estos acontecimientos, un numeroso contingente de hombres cuyo único fin y propósito era el saqueo y el pillaje de posesiones enemigas, se quedaron sin trabajo y en busca de una nueva ocupación. De este modo lo que hasta entonces habían sido corsarios a sueldo de las distintas coronas europeas, pasaron a ser piratas sin patria que saqueaban y robaban tan solo por su propio beneficio, dando lugar en los años siguientes a la mayor explosión de piratería del Caribe, conocida popularmente como la Edad dorada de los piratas. 

“¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!” Recitáis al gran Walt Whitman mientras preguntáis quienes fueron aquellos grandiosos piratas que lograron forjarse su propio destino y ganarse a pulso el derecho a pertenecer a los libros de historia –o por lo menos a las líneas de este artículo­–. Lo cierto es que a partir de 1715 se produce un auge masivo de las actividades piratas. Convertidos ahora en enemigos de todas las naciones, los piratas ya no eran bienvenidos en ningún puerto de ninguna de las potencias que gobernaban el Caribe, de modo que a partir de 1716 se produce una agrupación de los piratas en la isla de Nueva Providencia, fundando así su propio “estado” pirata. Desde este lugar estratégico que sirvió de residencias para piratas de todas las nacionalidades es desde donde partían los barcos dispuestos al saqueo de las posesiones marítimas de las potencias coloniales y los ataques a embarcaciones se sucedieron constantemente y cada vez con mayor frecuencia a lo largo de los años siguientes. 

Para 1717, más de dos mil piratas se habían establecido en el Caribe, entre los que se encuentran viejos corsarios de la guerra. Entre estos corsarios hay un hombre que destaca especialmente, Edward Teach, quien más adelante sería conocido como Barbanegra el legendario pirata a bordo del infame Queen Anne Revenge, su buque insignia. En poco tiempo Barbanegra logró reunir una flota de entre quince y veinte barcos con la que hacer frente incluso a los amplios poderes militares de los gobernadores locales. Consiguiendo en 1718 una de las hazañas más famosas dentro de la historia de la piratería: El sitio y bloqueo de Charleston en el estado de Carolina del Sur mediante un secuestro de rehenes y la consiguiente recompensa por su liberación.

Pero en noviembre de ese mismo año, el gobernador de Virginia, manda una pequeña flota gobernada por el teniente Maynard con el objetivo de derrotar a Barbanegra. De modo que tras varias persecuciones y el consiguiente abordaje de célebre capitán y su tripulación a los navíos atacantes, todo finalizo en un sangriento combate a espadas que acabó con la vida de Edward Teach, cuya cabeza fue cercenada y utilizada como trofeo por el teniente Maynard. 

A lo largo de los años siguientes se sucedieron toda una serie de figuras legendarías dentro de la piratería. Personajes femeninos como Anne Bonny y Mary Read –pues no sólo de hombres iba el juego–, ambas acogidas en la tripulación de otro de los más famosos piratas del Caribe Jack “cálico” Rackham –en quien se basa el protagonista de la saga fílmica­–. Sus actividades delictivas continuaron a lo largo de dos años hasta que en 1720 el barco de Rackhman fue capturado bajo las órdenes del gobernador de Jamaica. Quedando condenados todos ellos al más triste destino: Jack Rackhman y su tripulación masculina fueron condenados y ejecutados mediante la horca, pero las dos mujeres se libraron de la condena al alegar que estaban embarazadas. Mary Read finalmente murió en prisión a causa de una enfermedad, mientras que Bonny, la única que se mantenía con vida, consiguió escapar al pagar su padre por su libramiento. 
Anne Bonny, la célebre pirata irlandesa

Pero al menos hubo un último señor de la piratería en el Caribe. En 1719, Roberts era un marinero en uno de los barcos mercantes de las costas de África, barco que fue apresado y capturado por el pirata Howell Davis, quien obligó a Roberts a convertirse en un pirata forzoso en contra su propia voluntad. Con el tiempo este cargo de pirata forzoso lo llevaría a convertirse en el pirata de mayor éxito de todo el Caribe, con una lista de más de 350 barcos apresados y saqueados. 


Tras una serie de fructíferos asaltos a distintas localidades y embarcaciones, en 1720 llegaron a las costas de Terranova, donde destruyeron casi la totalidad de la flota que se encontraba anclada en la ciudad de Trepassey y saquearon la ciudad de forma salvaje, asi como muchas otras poblaciones y localidades vecinas y otras embarcaciones, creando así una brutal reputación para el pirata Roberts. 

Finalmente en los últimos años de su carrera, los gobernadores de Martinica y Barbados enviaron barcos de guerra y a varios corsarios cazarecompensas en busca de la flota de Roberts, de modo que Roberts no se asustó ante esta nueva amenaza y respondió al ataque. Tras declarar la guerra a los gobernadores de Martinica y Barbados y saquear toda embarcación que rondara por sus aguas, Roberts decidió volver al continente Africano, el lugar donde había iniciado sus actividades. En 1721 apresaron una fragata de Inglaterra, la cual armaron y anexionaron a su convoy de barcos y continuaron sus hazañas hasta que dos navíos militares británicos alcanzaron los barcos piratas. Tras esto, el último de los grandes piratas de la edad dorada, Roberts, fue ejecutado en 1722 y con él finaliza el ultimo atisbo de grandeza y riqueza de lo que una vez fueron los grandes señores de las aguas del Caribe. 

Durante un par de décadas los piratas pusieron en jaque todo el comercio de las potencias del Caribe: España, Inglaterra, Francia, Holanda, Portugal… son solo algunas de las poderosas naciones que vieron como sus navíos mercantes eran saqueados y como sus colonias eran asaltadas mediante casi la total impunidad de los piratas.

No eran como las imágenes que tenemos en nuestro subconsciente, eran ladrones, eran asesinos y eran salvajes y despiadados, pero durante más de dos décadas ese puñado de ladrones y asesinos consiguieron vivir de forma libre e independiente y poner en jaque a las principales potencias coloniales. Pasando a la historia como los más odiados símbolos de degeneración para unos; y el más excelso arquetipo de la libertad para otros.

Yo, pequeños grumetes, prefiero quedarme con aquellos versos…

“Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.”




Eidan R.


FUENTES:

-BURNEY, James. Historia de los bucaneros en América. España. Ed, Renacimiento. 2007
-ULLIVARRI, Saturnino. Piratas y corsarios en Cuba. España. Ed, Renacimiento. 2004
-WOODARD, Colin. La republica de los piratas. Barcelona. Ed, Crítica. 2008

-Documental Canal Historia: Los auténticos piratas del Caribe

-www.armada.mde.es

-www.digital.csic.es 

viernes, 18 de julio de 2014

EN MANOS DE LO DESCONOCIDO II: Realidad o fantasía: Nostradamus

Nostradamus
En el presente artículo trataremos un tema, cuanto menos, polémico y susceptible de múltiples interpretaciones. Debido a esto, se apela al criterio del lector.

Muchas antiguas culturas, de todos los rincones del mundo, auguran grandes acontecimientos o catástrofes de diversa índole. Pero si hay alguien destacado en el mundo del ocultismo ese es Michel de Nôtre-Dame o más conocido como Nostradamus.

Nuestro protagonista fue un médico y astrólogo, que residía al sur de Francia, a principios del siglo XVI. Al igual que su familia profesaba el judaísmo, hasta que les fue impuesta la religión católica a la que se convirtieron (al menos externamente).

Tras conseguir el título de Doctor en Medicina, contrajo matrimonio con su esposa con la que tuvo dos hijos. Pero en 1538 murió su familia a causa de la peste bubónica y la gente empezó a desconfiar de él, ya que no esperaban ayuda de una persona que no fue capaz de salvar a sus seres queridos. Además de esto, será interrogado por la Santa Inquisición a causa de un desafortunado comentario contra la realización de una estatua a la Virgen María. Michel continúo viajando por toda Europa y aumentando sus conocimientos, además de combatir un brote de plaga que azotó Marsella, así como el cólera. En vez de las sangrías y enemas habituales, utilizó un método al que hoy denominaríamos como fitoterapia.

Catalina de Medici
En 1547, contrajo segundas nupcias con una viuda adinerada llamada Anne Ponsarde Gemelle. Durante este periodo fue cuando se acercó al ocultismo, padeciendo visiones, las cuales para él eran un don. Debido a dichas visiones, tomó la decisión de publicar sus presagios en forma de almanaque  astrológico.

Tuvo grandes relaciones con la aristocracia francesa y en particular con la esposa del Rey de Francia, Catalina de Medici, la cual se vio fascinada por sus predicciones. Debido a esta fascinación, fue invitado a París, pues la reina estaba interesada en el futuro. Finalmente fue asignado médico de la Corte Real por Carlos IX.

En 1555 fue publicado el libro Centurias, donde se recopilaban sus profecías, escritas en cuartetas. Dicho libro fue todo un éxito, pero no fue ese éxito lo que le dio la fama, sino el cumplimiento de una de las profecías.
Centurias
Esta profecía, preveía la muerte del rey Enrique II de Francia, el cual falleció en un torneo, pues la lanza de su adversario le atravesó el ojo. A partir de este presagio, se le atribuye el cumplimiento de múltiples profecías entre las que podemos encontrar los atentados de las torres gemelas de Nueva York, guerras mundiales y diversas catástrofes naturales.
Sin embargo, fue acusado de tener contacto con el demonio, así como de alcohólico y su propia familia le dio la espalda.

En la actualidad su obra sigue siendo objeto de estudio y comparada con otras culturas. Algunos especialistas dicen que gran parte de su obra se encuentra parafraseada de antiguas profecías, de los clásicos e incluso de la Biblia. En contraposición a esta postura, otros autores dicen que la obra es criptica para evitar posibles polémicas con la Santa Inquisición.

Para muchos fue un gran clarividente, para otros un simple embaucador. Lo cierto es que su obra es de difícil interpretación. Además, muchas personas a lo largo de la historia se han visto frustradas por la imposibilidad de la ciencia de dar respuesta a determinados sucesos, y para ello recurren a personajes del pasado para darle explicación. La realidad es, que el hombre siempre se sentirá atraído por el futuro, e intentará indagar en él, evitando así los errores que pudieran acaecerle.


Manuel Carreira Hernández

jueves, 17 de julio de 2014

ARTE: ¿Por qué impresionistas?

Europa en el último cuarto del siglo XIX vive una época de grandes transformaciones. Por un lado el 19 de julio de 1870 Napoleón III declara la guerra a Prusia, en 1877 la reina Victoria será proclamada emperatriz de la India y mientras tanto, al otro lado del Atlántico, se desarrolla a gran velocidad el país que dominaría el mundo durante el siglo venidero. En 1870, la población de los Estados Unidos era de 39 millones de habitantes. Treinta años después, su población ascendía a 76 millones.

Y así Paris, convertida en la capital mundial del arte descubrirá una forma de captar la luz y la imagen más allá de una paleta y un pincel. A través de la técnica fotográfica que aún estaba en pañales.

La influencia de la fotografía no se dejaba sentir todavía en el arte, pero esta suponía, por su instantaneidad, la posibilidad de captar en un solo instante, el encuadre arbitrario de las escenas, cualidades que los impresionistas buscaban en su pintura, alejándose así de los dibujos y teorías academicistas de que la realidad debía ser sacrificada en aras de lo ideal.

Para los pintores impresionistas como Monet, Pissaro, Sisley… la vida en los cafés era algo muy importante ya que allí los artistas se reunían, hablaban, intercambiaban ideas y, a menudo, pintaban cuadros. El café Nouvelle Athènes fue el lugar de encuentro preferido de los impresionistas.

Pero lo más importante para estos pintores de finales del XIX era conseguir exponer en el Salón. En el Salón, instituto oficial con más de 200 años de antigüedad, se exponían las obras más representativas del año, elegidas por un jurado nombrado por la Academia Francesa de Bellas Artes.
Sin embargo, el Salón iba perdiendo poco a poco su autoridad e influencia, en la medida en que el cambiante rostro del arte ofrecía nuevas y diferentes expresiones que no se ajustaban al criterio del jurado. En 1863, para evitar el escándalo, Napoleón III creó el Salón des Refusés (Salón de los rechazados), donde se expondrían las obras rechazadas por el jurado oficial. En esta salón paralelo se expusieron obras que habrían de tener mayor transcendencia para la historia del arte que las del Salón oficial.

Monet, que encabezará ese movimiento que hoy conocemos como impresionistas, se desengañó del Salón oficial, y ni siquiera presentó cuadros al jurado. Un grupo de pintores independientes formado entre otros por Renoir, Monet, Sisley, Degas, Cézanne, Pissarro y Morisot, decidieron crear su propia sociedad para organizar exposiciones. El 23 de diciembre de 1873 crearon la Sociedad Anónima Cooperativa de Pintores, Escultores y Grabadores. En abril de 1874 realizaron su primera exposición en el estudio del fotógrafo Nadar, en el Boulevard de Capucines. Monet expuso nueve lienzos, incluido, Impression, soleil levant (Impresión, amanecer).

Este cuadro desató una crítica que daría lugar al nombre de este movimiento pictórico. Una crítica de Louis Leroy, apareció en la revista satírica Le Charivari. El artículo se titulaba “Exposición de los impresionistas” y en él Leroy, hace la crítica en forma de diálogo entre dos visitantes que discuten sobre la muestra:

“¿Qué representa este cuadro? Mira en el catálogo”.
“Impresión, amanecer”.

“Impresión…, lo sabía. Me lo iba diciendo a mí mismo, si estoy impresionado es que hay algo impresionante… y ¡qué libertad, que facilidad en la pincelada! ¡Hasta el papel pintado sin terminar está más acabado que esta marina!”


El cuadro que tanto revuelo causó representa un amanecer en el puerto de El Havre. No era nada nuevo para Monet, ya que en éste y otros cuadros, pretendía crear la impresión de una escena que no cesa en transformarse a medida que la luz anaranjada del sol se refleja sobre el agua en movimiento.

Ana Pinel Benayas

Impression, soleil levantClaude Monet


miércoles, 16 de julio de 2014

VAN EYCK: El Masaccio de Flandes

Retrato del Cardenal Niccolò Albergati
Jan van Eyck
Cuando hablamos del maestro de la luz en cuanto a pintura, nos viene a la cabeza el nombre de Van Eyck. Pintor flamenco, nacido a finales del siglo XIV y criado en el gótico internacional, consiguió gran fama gracias a sus retratos y retablos.

Su formación se nos muestra confusa, no se sabe exactamente si su aprendizaje fue en Flandes o en Francia, aunque pudo tener varias influencias culturales de las dos zonas.

En sus inicios se inspiró en la miniatura, técnica que ilustra y decora los manuscritos. También realizó libros de horas destinados a la oración.
En los primeros años del siglo XVI, en paralelo al Renacimiento pictórico, Van Eyck realizó obras de gran calidad, como el Tymotheos, Políptico de Gante, o el Retrato de un hombre de Bucarest.
A lo largo de su vida fue incorporando diferentes técnicas pictóricas a sus obras, tales como la perspectiva o la luz. Su luz, a menudo, nítida y otras veces con reflejos y transparencia de objetos, siempre define el rostro de los personajes.

Más tarde, la pintura de Van Eyck tuvo su momento de apogeo, con obras muy aclamadas, entre las que destacan El hombre del turbante, El Matrimonio Arnolfini o La Virgen del Canciller Rolin. En esta etapa toma importancia el retrato, el arte del espejo y hay un gusto por mostrar una naturaleza armoniosa, llena de animales, árboles y ríos.

Tras un período de madurez, Van Eyck se centró en los retratos, en los que plasmó con lujo de detalle el vestuario de los personajes.
Muchas de sus pinturas tienen referencias simbólicas concretas (santos, símbolos sagrados, mártires o referencias a la Virgen). Destacan Margaretha van Eyck, Giovanni Arnolfini, La Virgen de la Fuente.
 
Virgen del canónigo Van der Paele
Jan van Eyck


La fama de Van Eyck en el siglo XV es indiscutible. Muchos pintores le consideraron como maestro y aprendieron de él. Los humanistas le ensalzaron y muchas fuentes escritas le alaban. Sí, a él. Al maestro flamenco de la luz.

Daniel Velasco García