El Santo Sudario de Turín o también
denominado la Síndone, es la reliquia más preciada de la cristiandad, pues en
ella se encontraría grabado el rostro de Jesucristo. Actualmente se puede
venerar en la Catedral de Turín (Italia).
Catedral de Turín |
Su origen sigue siendo un misterio a día de
hoy. Muchos autores afirman que es el manto que se puso encima del cuerpo de
Cristo tras su muerte, en cambio, otros aseguran que dicho objeto apareció en
Francia en el año 1353, en manos de un caballero descendiente de los cruzados,
el cual no reveló su procedencia. También podríamos estar ante una copia
pintada, lo cual fue denunciado por el papa Pierre D´Arci en el año 1389.
El Sudario de Turín |
En 1988, la Santa Sede permitió a tres
centros de investigación realizar exámenes de radiocarbono (carbono 14) sobre
un trozo de la esquina del sudario. Dichos centros fueron la Universidad de
Oxford, la Universidad de Arizona y el Instituto Federal de Tecnología de
Suiza, los cuales coinciden en el resultado, datando la pieza entre los siglos
XIII y XIV. La técnica del carbono 14, puede datar materiales de hasta 2000
años de antigüedad, lo cual no quiere decir que esté exenta de errores, pues está
orientada a objetos recién desenterrados, lo que no ocurre con la Síndome.
La Sábana Santa es un manto de lino de 4,37
metros de largo por 1,10 de ancho, aproximadamente. La tela tendría algunos
agujeros, así como quemaduras, pues se produjo un incendio en 1532 que casi
destruye el Sudario.
Según los expertos, la posible figura de la
Sábana Santa fue maltratada, torturada y azotada. También se puede observar, lo
que vendrían a ser, rasgos de la crucifixión, pues tiene una herida que
atraviesa una de las muñecas. La herida de la otra muñeca, no se vería, pues
una muñeca esta encima de la otra. Lo mismo ocurriría con los pies, es decir, estarían
superpuestos. Además, se observa a lo largo del cuerpo señales de lo que
vendrían a ser azotes de un látigo, aproximadamente ciento veinte señales. En
la parte dorsal se observan manchas de sangre que podrían deberse a la corona
de espinas que llevo puesta Jesucristo.
En cuanto a la imagen del Sudario, es
difícil de ver, en parte porque es muy tenue, pero también porque carece de
líneas definidas.
Pero
el manto presentaba un gran detalle. La piel del hombre del sudario es oscura,
mientras que las extremidades son claras.
Negativo del Sudario |
Este hecho, podría asemejarse al negativo de
una fotografía. Dicho detalle fue descubierto, de manera casual, por un fotógrafo italiano llamado Secondo Pia.
Dicho fotógrafo, en el año 1898, pidió
permiso a las autoridades correspondientes para poder fotografiar el Sudario.
Posteriormente al revelarse el negativo, la
imagen era más clara y vio la imagen de un hombre, asegurando que era el rostro
de Cristo e iniciando la devoción a la Síndome.
Ante este hecho, tanto creyentes como
científicos se quedaron estupefactos.
Los partidarios de la formación milagrera de
la imagen del Sudario de Turín, argumentan que el hecho de la propia
resurrección habría podido trastocar la proporción de la prueba del carbono 14.
En contraposición a esta postura, los partidarios del uso de ciencia, afirman
que si se tiene que recurrir a una explicación milagrera para explicar
cualquier posible anomalía, no tiene sentido recurrir a la ciencia, pues solo
sería cuestión de fe.
Aparte del Sudario, también encontramos otro
objeto. Nos referimos a lo que se ha denominado como el Pañolón de Oviedo. Se
ubica en la Catedral de Oviedo desde el año 1113. En esta ocasión tenemos un
paño de lino de forma rectangular, el cual habría cubierto la cabeza de
Jesucristo. Contiene manchas de sangre, pero en esta ocasión carecería de rostro.
También se encontraron granos de polen, los cuales han sido analizados por la
Universidad Hebrea, la cual determina que provendrían del entorno de Jerusalén
en los meses de marzo o abril.
El Instituto de Toxicología de España ha
analizado dicha prenda, a partir de las muestras de sangre. En las muestras se
observa ADN mitocondrial, una parte del ADN que se hereda de la madre. Es
decir, estaríamos también ante el ADN de la Virgen María. Pero esta prueba no estaría
verificada, pues se les atribuye falta de rigor en el estudio y en el método, así
como circunstancias fortuitas.
A pesar de todo esto, creo que todos nos
hacemos la misma pregunta ¿se encuentra en ella el rostro de Cristo? Una
pregunta que a la humanidad aún le queda grande.
Manuel Carreira Hernández
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