miércoles, 20 de agosto de 2014

UNA MUJER EN EL TRONO DE DIOS: La papisa Juana

La papisa Juana
A principios del siglo X la religión cristiana ya se había afianzado como una ideología suprema del mundo medieval. Un mundo dominado por hombres, en el que las mujeres eran consideradas las causantes de los males de estos. Y aún así, en una época de oscurantismo ideológico, una mujer se alzó sobre el poder divino y ejerció una fascinación sobre todos los que se la acercaban.

Juana nació en Inglaterra en el seno de una familia de misioneros. Su padre era sacerdote y ella destacaba por su gran inteligencia y su capacidad oratoria.
El extremo machismo por parte de la Iglesia católica no estaba todavía muy arraigado pero, de todas formas, Juana tenía aspiraciones religiosas por encima de sus posibilidades debido a su sexo, ya que las mujeres tenían prohibido el sacerdocio. Por lo tanto el único camino que le quedaba era convertirse en uno de ellos. Vistió los ropajes de los monjes, los cuales no tenían un distintivo de género y se rapó el pelo.

Así Juana pasó a ser el sacerdote Juan, sus aspiraciones no llegaban más allá del sacerdocio pero su excelsa inteligencia y su capacidad de revocar cualquier discurso, la llevaron a ponerla en el punto de mira de los cardenales romanos que decidieron ascenderla, hasta que Juana se convirtió en el nuevo papa de Roma.

Juana podría haber llevado su papado durante muchos más años, pero el romance con un personaje del cual desconocemos su identidad hizo desvelar la mentira.

El parto inesperado de la papisa
En el año 857 por las calles de Roma se producía una procesión en la que a la cabeza estaba la papisa. Pero Juana cayó al suelo en un grito de dolor, los asistentes horrorizados se lanzaron hacia ella y de repente entre los murmullos de la gente y los gritos de Juana, el llanto de un bebe conmocionó la historia de la Iglesia para siempre.
No se sabe bien que pasó después del parto unos dicen que Juana murió en el mismo instante de parir y otros que la muchedumbre enfurecida por aquel engaño la apaleó hasta morir.

En la época de la Reforma los protestantes defendieron la historia de la papisa, mientras la Iglesia cristiana ansiaba mantener el hecho oculto y convertirlo en olvido. Aunque hay que tener en cuenta que la defensa protestante no fue por un movimiento feminista que idearan los religiosos, si no una campaña en la que se desacreditaría a la Iglesia cristiana. Mientras tanto algunos de los altos cargos cristianos decidieron de una forma totalmente antifeminista, tomar la historia de Juana como un castigo de Dios ante la ambición de las mujeres de encabezar la Iglesia, que daría paso a una vil depravación y daños permanentes en esta.

Lo cierto es, que la Historia, que muchas veces se revoca de machismo, y más la historia de la Iglesia, ha conseguido que la vida y los actos de esta mujer y de muchas otras, haga más eco y tenga más impacto que la de los hombres.

Una mujer que gobernó a los hombres, que los subyugó bajo su inteligencia. Una mujer que hizo historia y que satirizó el machismo incontrolado de la cristiandad, alzándose como máximo pontífice.


Ana Pinel Benayas

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